Se detectó una hernia inguinal en el 4,6% de los lechones machos (del 1,6 al 7,8% según la explotación) y en un 19,5% de las camadas. El número de parto y prolificidad de las cerdas, inducción al parto, presencia de "splayleg", peso vivo o crecimiento no afectaron sobre la aparición de hernias. La frecuencia de las hernias tendió a aumentar con la duración de la gestación mientras que se observó como la castración precoz disminuyó ligeramente esta frecuencia, aumentó la mortalidad, disminuyó el crecimiento entre los periodos v1 y v2 (239 ± 3 vs. 249 ± 3 g/d) pero no afectó sobre el crecimiento entre v1 y v3.
Según estos resultados es recomendable castrar a los lechones al final de la primera semana de vida y basar la prevención en la selección genética.
A. Prunier, A.C. Rousselot et Y. Le Cozler. Hernies inguinales en élevage de porcs : prévalence et facteurs de risque. Journées Recherche Porcine, 2006. 38: 333-338.